La ovación del silencio
A veces aplaudimos solo para darle forma al silencio
En la sociedad contemporánea somos invadidos constantemente por un complejo entramado de textos donde la información y la palabra escrita modelan nuestro comportamiento. Desde el paisaje de las grandes ciudades, los mass media y la web; hasta las noticias o anuncios publicitarios, el individuo es inducido a convertirse en un descifrador de la realidad circundante a través de la lectura.
La palabra no es la sustancia de aquello que designa, es su representación; es sonido intangible a la vez que es imagen y puente de unión entre las ideas y el mundo real.
La palabra comparte con el Arte ese poder simbólico de la equivalencia. Desde su imagen gráfica, estas nos llaman a la reflexión y al pensamiento cuestionador; a decodificar cada fragmento y descubrir sus significados. El arte a través de la historia ha recurrido muchas veces al uso de textos y otros sistemas de comunicación para complementar su sentido. Durante todo instante perceptivo casi siempre se establece un juego de metáforas y simbologías complejas, algo que ha expandido la importancia de la palabra más allá del campo expresivo de la literatura; convirtiendo al lenguaje en obra de arte en sí mismo (1)
De la misma manera en que el signo lingüístico se define a partir de la dualidad entre la experiencia acústica y el gesto gráfico, la relación consanguínea de estos artistas y el diálogo entre sus obras estructuran y dan sentido al hecho de exhibir dos de sus proyectos personales al unísono. Las obras expuestas sugieren sin embargo otras temáticas donde el lenguaje, la comunicación y la representación de la palabra constituyen el medio que ofrece coherencia a otras reflexiones más abarcadoras.
Las obras de Iván Capote agrupadas bajo el título MORFEMAS, analizan el aspecto formal de la palabra, alterando y manipulando simbólicamente nuestra lectura de las mismas. Su trabajo convierte en metáforas el instante perceptivo y nuestra acción de decodificar la escritura. En el caso de Yoan Capote el proyecto FONEMAS alude básicamente al lenguaje, al sonido y el silencio como resultado o ausencia del acto comunicativo. Sus piezas recrean la representación de aquellos objetos que amplifican el habla, que sugieren la palabra expresada o reprimida; atendiendo a nuestro cuerpo y su códigos en su condición de signos.
A través de estas dos muestras, Fonemas y Morfemas, Yoan e Iván Capote evidencian la relación profunda que posee el trabajo de ambos con la palabra escrita. En la obra de Iván se percibe el desarrollo de un agudo análisis del texto en su esencia y etimología. Su relación con la representación de las palabras y la poesía visual es más evidente en el resultado final de cada pieza, transformando en sensibilidad objetual y alegórica la cualidad gráfica del texto escrito. Sin embargo la obra de Yoan proviene de la palabra como basamento o ejercicio inicial de sus procesos creativos. Sus obras comienzan con el título, eligiendo una palabra y escribiéndola sobre un papel en blanco, para luego intentar traducir su significado en otro tipo de representación o experiencia sensorial. Su trabajo no emplea el texto sino que surge de él y lo transfigura en experiencia física desdeñando su caligrafía y expandiendo su contenido. Por este motivo es lógico que sea muy difícil hallar obras sin títulos en ambos artistas, muy por el contrario a veces encontramos piezas cuyos títulos crean neologismos o confrontaciones de términos.
La idea de articular estas dos exhibiciones personales en un mismo espacio establece un paralelo entre las dos poéticas, desde un acercamiento a la comunicación y el lenguaje como temática, a la vez que señala aspectos diferenciadores entre estos artistas. En este proyecto se conjugan con acierto la concepción de las obras de Ivan a partir de la deconstrucción visual del texto, con los procesos creativos de Yoan, estructurados desde el análisis de las palabras y su fonética. Siguiendo la curaduría general, observamos que se intentaron hacer dialogar ambas exposiciones en dos volúmenes de obras que ocuparon las salas de la galería según su coherencia visual y temática. Integrando dichas propuestas, se acentuaba el interés por la museografía y los significados resultantes del encuentro de las piezas, independientemente de su autoría. (2)
El primer volumen de obras exhibidas (Fonemas y Morfemas I) se destaca entonces por el encuentro de diferentes medios (escultura, fotografía, video, dibujo, grabado y pintura) (3). No obstante se trata de obras que se relacionan por una marcada ascendencia conceptual y sensibilidad minimalista, que analizan con profundidad diversas temáticas vitales del ser contemporáneo, su historia y comportamiento. Cada pieza provoca un universo distinto de significados que dialogan entre sí, complementándose una a la otra a través del silencio como protagonista. Obras como la serie Abstinencia, 2010 (4) se remiten al leguaje de señas de los sordomudos, representando la autocensura y la ausencia de voz o decisión social del individuo común desde su anonimato. Otra de las piezas Horror Vacui, 2009 (5), reflexiona sobre el miedo del sujeto y su expresión, construyendo la estructura de una estantería a partir de las letras de la palabra FEAR, un espacio vacío donde descansa nuestro miedo como fragilidad. Dogma y Doctrina, 2010 (4) cuestionan la maleabilidad del ser humano y su mutismo como resultado de las estructuras de poder que deciden nuestra formación e ideología. Las mismas estructuras que validan y articulan el pensamiento y su historia como obsesión perpetua. Las obras Diacronía, 2010 y Deshielo, 2010 (5) precisamente deconstruyen la palabra HISTORIA para articular otros nuevos términos que activan interpretaciones acerca del tiempo como memoria alterable.
Sin embargo, la segunda exposición (Fonemas y Morfemas II), abarca un mayor sentido de experimentación con el espacio, la interacción del público y el uso del sonido. Las piezas se expanden esta vez como instalaciones que desarticulan la iluminación de la galería, el movimiento del espectador y el performance. En la primera sala se confrontan obras que involucran la acción como residuo del objeto exhibido. La obra de Ivan Capote titulada Patrón, 2012 (5) consiste en una escultura de madera que el artista empleó como stencil o plantilla para escribir repetidas veces una frase (TODOS SOMOS IGUALES) sobre la pared de la galería. Como resultado dibujó dos cuadrados aparentemente iguales pero totalmente diferentes. Esta acción se relaciona con otra escultura/performance de Yoan titulada Apnea (dialogusfobia), 2012 (4) . En esta última, la acción no la emite el artista sino que es creada por la presencia e interacción de otras personas. Quienes son obligados por el diseño de la obra a compartir la misma respiración por varios minutos. Otras piezas en las demás salas de la Galería emplean sensores de movimiento que convierten la cercanía del individuo en instantes cargados de contenido, por ejemplo la pieza Lapsus, 2010 (5), enciende y apaga una de sus lámparas al detectar al público, relacionando metafóricamente dos palabras (SUCIEDAD/SOCIEDAD) a través de una sencilla alteración. La pieza Espejismo, 2010 (4) también reacciona a la presencia del espectador activando dos máquinas sin billetes que solamente cuentan el vacío. La disposición de una frente a la otra a través de un cristal recrea la experiencia del reflejo y la virtualidad de la economía contemporánea.
No es necesario aludir con una descripción detallada a todas las obras exhibidas, pues analizándolas de modo general desde los tópicos que estas debaten, nos damos cuenta de que hallamos en estos artistas una capacidad certera de transformar en síntesis poética la complejidad del pensamiento. Si por el contrario nos concentramos con mayor profundidad en cada una de las piezas, encontraremos siempre un resumen de conocimientos ocultos de diversa naturaleza, porque cada una de ellas parece ser el resultado de la decantación de largos procesos de introspección o reflexión. Sus métodos creativos poseen una interesante mezcla de pensamiento y emoción, algo que se genera desde el texto pero que un texto no alcanzaría a develar tanto como la silenciosa percepción de nuestro intelecto y nuestros sentidos. Una experiencia donde todos los significados armonizan en una singular ovación del silencio.
(1) Durante los años 60, con el desarrollo del Arte Conceptual, distintos artistas emplearon el texto escrito y el sonido como arte en sí mismo. La obra llegó a reducirse a una idea expresada en palabras (On Kawara, Lawrence Weirner, John Baldesari, Joseph Kosuth, Art & Language…)
(2) El trabajo de estos dos artistas se desarrolla de forma independiente, pero en ocasiones coinciden en proyectos de exposición o en la realización de algún performance, donde confluyen sus diferentes puntos de vistas sobre un tema o razonamiento. El trabajo de Ivan Capote surge esencialmente de reflexiones filosóficas y ontológicas donde cada pieza puede ser leída como un aforismo visual. Sin embargo la obra de Yoan Capote encuentra su génesis en el estudio de los estados emocionales y psicológicos del individuo, concentrándose en la interpretación del cuerpo, la condición humana de los objetos y la experiencia multisensorial del espectador.
(3) Los procesos creativos de Ivan y Yoan Capote muestran diferentes categorías de obras y manifestaciones, hacen uso de disimiles medios expresivos según cada proyecto o la idea que pretenden expresarnos. Al igual que otros artistas contemporáneos (Bruce Nauman, Tom Friedman, Maurizio Cattelan, Cildo Meireles, Chris Burden) donde el contenido de la obra determina una experimentación diversa.
(4) Obra de Yoan Capote
(5) Obra de Ivan Capote